Desde finales de 2022, la inteligencia artificial ha dominado el panorama tecnológico global. La irrupción de ChatGPT desató una carrera frenética, con empresas líderes invirtiendo masivamente en el desarrollo de sus propios sistemas de IA. Sin embargo, detrás de la conveniencia y las innovaciones, surge una pregunta crucial: ¿cuál es el verdadero impacto de esta tecnología en nuestros recursos energéticos y hídricos?
La Infraestructura de la IA: Un Consumo Mayor de lo Esperado
Pronto se hizo evidente que el funcionamiento de sistemas como ChatGPT no es trivial. Requiere centros de datos masivos, equipados con miles de GPUs de alto rendimiento dedicadas al entrenamiento y la ejecución de modelos de IA. A medida que estos centros de datos crecen, también lo hace su demanda de energía. Más allá de la electricidad, otra preocupación es el uso significativo de agua para enfriar estas complejas instalaciones.
Cifras Claras: Sam Altman Revela el Consumo de ChatGPT
Después de dos años y medio desde la popularización de ChatGPT, finalmente tenemos datos concretos sobre su consumo. Sam Altman, CEO de OpenAI, compartió estas cifras en su reciente blog, “The Gentle Singularity”, donde también explora el futuro de la superinteligencia:
“La gente a menudo pregunta cuánta energía utiliza una consulta de ChatGPT; la consulta promedio consume aproximadamente 0.34 vatios-hora. Esto es comparable al uso de un horno por poco más de un segundo, o una bombilla de alta eficiencia durante un par de minutos. En cuanto al agua, utiliza alrededor de 0.000085 galones, lo que equivale a un quinceavo de cucharadita.”
Aunque estas cifras por consulta parecen mínimas, la escala es lo que importa. Con cientos de millones de usuarios mensuales en plataformas como ChatGPT, y considerando el consumo de otros chatbots como Gemini, Claude, Meta AI, y Deep Research, el impacto acumulado en energía y agua se vuelve considerable.
La Visión de Sam Altman: Superinteligencia y Abundancia
Altman mantiene un optimismo notable sobre el futuro de la IA. Él considera la superinteligencia como una progresión inevitable, vislumbrando un futuro donde la IA no solo facilitará nuestras tareas, sino que también impulsará descubrimientos científicos masivos que mejorarán la calidad de vida:
- 2026: Altman anticipa que la IA generará nuevas percepciones y conocimientos.
- 2027: Se espera la introducción de robots capaces de realizar tareas en entornos reales.
- Década de 2030: Describe un período “radicalmente diferente a cualquier época anterior”, donde la inteligencia y la energía serán “salvajemente abundantes”, abriendo un abanico de posibilidades sin precedentes.
Incluso sugiere la automatización de la producción de centros de datos, con la IA y la robótica desempeñando un papel central. Para 2035, la IA podría ayudar a la humanidad a lograr “nuevas maravillas”, e incluso plantea la posibilidad de interfaces cerebro-computadora de alto ancho de banda para aquellos que elijan “conectarse”.
Desafíos Pendientes: Empleo y Accesibilidad de la IA
A pesar de su visión optimista, Altman también reconoce los desafíos. Aborda la inevitable revolución laboral que la IA podría provocar, aunque sin proponer soluciones específicas más allá de la adaptabilidad humana y la potencial emergencia de un nuevo contrato social.
“Habrá aspectos muy difíciles, como la desaparición de categorías enteras de empleos, pero por otro lado, el mundo se enriquecerá tan rápidamente que podremos considerar nuevas ideas políticas que antes nunca fueron viables.”
Finalmente, Altman subraya la importancia de que la IA esté alineada con los intereses humanos y que la superinteligencia sea “asequible, ampliamente accesible y no excesivamente concentrada” en manos de una sola entidad. La forma en que OpenAI y otras empresas abordarán estos desafíos cruciales es algo que aún está por definirse.
La evolución de la inteligencia artificial promete transformar el mundo, pero también nos invita a reflexionar sobre su impacto en nuestros recursos vitales. A medida que continuamos interactuando con estas tecnologías, es fundamental comprender su verdadera huella.