En la madrugada del miércoles 4 de febrero del año 1976, un terremoto de magnitud 7.5 grados en la escala de Richter sacudió Guatemala, dejando destrucción a lo largo u ancho del país antes del amanecer. El sismo también fue percibido en Belice, El Salvador y Honduras.
De acuerdo con datos históricos, el movimiento se registró exactamente a las 3:03 horas y tuvo una duración aproximada de 35 segundos, los cuales parecieron extensos ante el caos y la desesperación.
Las cifras de las autoridades arrojan que un millón de personas fueron damnificadas, 250 mil edificaciones resultaron dañadas y a día de hoy se lamenta la muerte de alrededor de 23 mil personas.
Tras la tragedia, la comunidad internacional se solidarizó con Guatemala, principalmente los países de Centroamérica, como El Salvador y Nicaragua, quieren enviaron víveres, medicinas, plantas energéticas y equipos de ayuda. México y Argentina también mostraron su apoyo.
Tras casi cinco décadas, los efectos de aquel fatídico día permanecen grabados en la historia de Guatemala y en el corazón de las personas que perdieron seres queridos.