Con la llegada del fin de año, las celebraciones se multiplican y, con ellas, las comidas abundantes, los postres irresistibles y los brindis que parecen inevitables.
Aunque estas fechas invitan a compartir y disfrutar, especialistas en nutrición advierten que descuidar la alimentación durante diciembre puede tener efectos acumulativos que impacten en la salud y en los hábitos alimenticios del año siguiente.
Según nutricionistas el principal desafío no es la comida festiva en sí, sino la frecuencia con la que se repiten los eventos, por ello recomiendan mantener cierta estructura en las comidas, especialmente los días sin celebraciones, privilegiando frutas, verduras y alimentos frescos.
Los especialistas también recalcan la importancia de moderar el consumo de alcohol, que no solo aporta calorías vacías, sino que aumenta el apetito y puede alterar la calidad del sueño. Alternar bebidas alcohólicas con agua y evitar los excesos es una práctica simple que marca diferencias, no solo a la mañana siguiente sino en el desarrollo natural del cuerpo.
En cuanto a las cenas festivas, la clave está en elegir con consciencia sin renunciar al disfrute. Optar por porciones pequeñas, probar un poco de todo sin repetir plato y priorizar preparaciones al horno o a la plancha puede ayudar a equilibrar el menú. Además, incluir caminatas o actividad física ligera durante la semana compensa parte del exceso calórico, por ello no dejes el gimnasio o trata de mantenerte activo.
Los expertos coinciden en que el objetivo no es restringir ni sentirse culpable, sino mantener un equilibrio que permita disfrutar de las tradiciones sin comprometer la salud. Adoptar hábitos más conscientes en estas fechas puede facilitar un inicio de año más energético y sin remordimientos.
¿Cómo cuidas de tu alimentación durante el fin de año?
