ingles

Un reciente estudio confirmó que Guatemala presenta bajos índices de comprensión, habla y escritura del inglés en comparación de otros países de la región.

Según el último resultado de la EF English Proficiency Index 2025, Guatemala obtuvo 510 puntos ubicándose ligeramente por encima del promedio mundial (488), pero todavía en un nivel de dominio bajo. Dentro de Centroamérica, el país se sitúa por debajo de Honduras (553), El Salvador (523), Costa Rica (516) y Nicaragua (512), y solo supera a Panamá (491), lo que refleja una posición frágil en la región en cuanto al dominio del inglés.

En comparación de los resultados obtenidos en 2024, es un “leve aumento dónde se había alcanzado 507 puntos. Esta mejora de apenas 3 puntos confirma un avance lento y un estancamiento relativo frente a los países vecinos que han logrado progresos más significativos en sus niveles de dominio del inglés” confirmó un comunicado.

“Guatemala repite el mismo reto de muchos países latinoamericanos: se lee inglés, pero no se habla inglés. Mientras no transformemos la experiencia de aprendizaje hacia interacción y práctica diaria, los estudiantes seguirán entendiendo el idioma, pero no usándolo para crecer profesionalmente”, señala Adriana Castro, experta en la enseñanza del inglés y fundadora de Craving English.

A diferencia de otros países de la región, en Guatemala los grupos más jóvenes son los que presentan el nivel más bajo de dominio del inglés. El mejor puntaje corresponde a personas entre 31 y 40 años, seguido por el grupo 41+. Los grupos entre 18 y 25 años, que deberían reflejar los resultados del sistema educativo actual, obtienen los puntajes más bajos del país.

Esta tendencia indica que el inglés competitivo en Guatemala no está siendo impulsado por el sistema educativo, sino por la experiencia laboral y el aprendizaje individual.
Los puntajes por función laboral muestran un panorama desigual. Los sectores con mayor exposición internacional, como estrategia, operaciones o ventas, presentan niveles significativamente más altos.

“Cuando quienes ya están en el mercado laboral superan ampliamente a quienes están formándose, no es solo un indicador educativo: es una señal de que el talento que aprende inglés fuera del sistema y no gracias a él. Esa brecha altera la movilidad social y limita la competitividad futura. Si no cambiamos la forma de enseñar, vamos a depender cada vez más del esfuerzo individual y no de una estrategia país”, analiza Castro.

Pero la brecha aún es más alta si se compara con el interior del país, por lo que la institución promueve estrategias para garantizar un aumento de recursos en que se aprenda un segundo idioma como lo han tomado en otros países, siendo una herramienta que podría aumentar la competitividad de la juventud en una generación.

You May Also Like

Primera generación post pandemia llega a diversificado

La pandemia provocada por el virus Covid-19 marcó toda una generación de…