En las últimas horas las cosas en Rusia no se han visto muy bien: y no es por la guerra contra Ucrania sino por algo interno: la posibilidad de que el país entre en una guerra civil.
Tropas rebeldes avanzan hacia el interior de Rusia, pero el enemigo no es ningún extranjero contra Vladimir Putin: la batalla viene de adentro, de las tropas del conocido grupo mercenario ruso Wagner.
Todo ha empezado cuando el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin acusó al ejército ruso de haber lanzado un ataque con misiles en contra de sus tropas, por lo cual llamó a una rebelión contra el gobierno de Putin.
Wagner avanza al interior de Rusia
Autoridades rusas se han limitado a decir que “observan” la situación, y han acusado a Prigozhin de estar incitando a una rebelión en contra del gobierno. Le exigen que detenga las “acciones ilegales”.
Mientras tanto, el líder de Wagner ha prometido “marchar” contra lo que él considera es un “mal liderazgo militar” en Rusia, y ha asegurado que ya entraron al país.
Más tarde se ha sabido que el ejército de Prigozhin ya ha ocupado la ciudad de Rostov y buscan avanzar hacia Moscú. Los rebeldes advierten que sus intenciones son avanzar hasta Moscú. Hay empresarios apoyándolos.
¿Cómo ha reaccionado el gobierno de Putin?
El sorpresivo avance de los rebeldes ha llevado al ejército ruso a reaccionar para buscar frenar la “invasión” de Wagner hacia el interior de Rusia.
Se sabe ya que Vladimir Putin, presidente de Rusia, ha sido informado sobre lo que ocurre y en Moscú se han desplegado ya los operativos “antiterroristas” para reforzar la ciudad.
Se especula que Wagner intentará tomar Moscú para llevar a cabo un golpe de Estado en contra de Putin. El líder de los rebeldes, por su parte, ha instado a militares de Rusia a unirse en la rebelión contra el gobierno.
¿Qué han logrado los rebeldes en Rusia?
Hacia el final de este viernes, Wagner habría avanzado lo suficiente y estarían celebrando ya algunas victorias.
Según informa la prensa internacional, el jefe del grupo de mercenarios rusos ha proclamado ya tener control sobre el Estado Mayor de las fuerzas rusas en Rostov, al sur de Rusia.
Antes, los rebeldes habían comunicado también que derribaron un helicóptero militar del gobierno de Rusia que intentó disparar en contra de civiles.