Cinco mil cohetes impactados en importantes ciudades como Jerusalén y Tel Aviv y la infiltración de milicianos palestinos en territorio israelí han dado el punto de partida para que este sábado Israel se declare en “estado de guerra”.
El perpetrador de los hechos ha sido el grupo islamista Hamás, en una operación que han llamado “Tormenta de Al Aqsa”, según el comandante de las Brigadas de Al Qasam, Mohamed Deif.
El ataque de Hamás contra territorio israelí ha dejado al menos 40 muertos y cientos de heridos. Mientras que el contraataque de Isael ha dejado cerca de 200 muertos y 1600 heridos en la franja de Gaza.
“El Ejército israelí declara el estado de alerta de guerra”, declaró un portavoz militar en un comunicado.
“En la última hora, la organización terrorista Hamás inició un lanzamiento masivo de cohetes” y “los terroristas se infiltraron en territorio israelí en varios lugares distintos”, indicó el Ejército, que ordenó a “los civiles de la zona central y sur de permanecer junto a los refugios”, mientras que los ciudadanos de comunidades cercanas a Gaza deben permanecer en su interior.
Por su parte, las Brigadas de Al Qasam aseguran tener bajo su dominio a soldados del ejército israelí que cayeron en la primera etapa del ataque y además de liberar a prisioneros palestinos de la cárcel israelí de Ashkelón.
Algunos aeropuertos han sido cerrados en Israel por motivos de seguridad, mientras que carreteras y la línea del tren cercanas a la Franja de Gaza también han sido cerradas.