El descubrimiento se situó en el sitio arqueológico Chochkitam, en el noreste de Guatemala, en la selva tropical del Petén, cerca del área limítrofe con Belice. Y aunque no parecía el lugar para un hallazgo importante, este podría revelar información sobre un período de la civilización maya que por mucho ha desconcertado a los investigación. El tesoro: una máscara de jade entrelazada que se cree que pertenecía a un rey maya previamente desconocido.
La noticia se dio a conocer en un artículo publicado en National Geographic, y según relata, el hallazgo cuenta una historia fascinante de devoción religiosa y sucesión real durante el período clásico temprano de los mayas hace casi 1.700 años.
El descubrimiento: Una máscara de jade apta para un rey
Según la revista, en otros sitios mayas, los bloques de jade se habían utilizado para formar máscaras de mosaico para los entierros reales, a menudo dispuestas para representar deidades o antepasados y comúnmente asociados con la riqueza y el poder de las personas con las que estaban enterrados.
El hallazgo se atribuye a Francisco Estrada-Belli, arqueólogo y explorador de National Geographic, quien encontró los tesoros junto a osamentas que en un principio creyó pertenecían al misterioso rey maya, no obstante, después se llegó a la conclusión que los huesos si revelaban la identidad del gobernante real, gracias a unas tallas finas hechos en ellos con obsidiana volcánica.
En una de las tallas se observada la representación de un gobernante sosteniendo la cabeza de una deidad maya, el dios exacto representado en la máscara encontrada.
¿A quién pertenecían los huesos? ¿Quién era el misterioso rey maya?
Con la ayuda del arqueólogo de la Universidad de Alabama, Alexandre Tokovinine, quien se especializa en la epigrafía maya, Estrada-Belli pudo descifrar los glifos en los huesos, que permitieron revelar las identidades tanto del gobernante y de la deidad: el gobernante real es Itzam Kokaj Bahlam (“dios del sol/pájaro/jaguar”) como del dios. La deidad Yax Wayaab Chahk G1, representa una manifestación del dios de la tormenta maya traducido directamente como “primer dios de la lluvia hechicero”.
Por los estudios realizados fue posible concluir que Itzam Kokaj Bahlam probablemente reinó sobre Chochkitam alrededor del 350 después de Cristo.
“Aunque su lugar de entierro muestra claramente a un gobernante maya con estatus de élite y poder real, las referencias en las obras de arte y los edificios descubiertos en el sitio dan crédito a una creciente teoría de que muchos líderes locales de la época eran subordinados o incluso títeres de otros reyes más poderosos”, dice NatGeo.
“Todo me sugiere que este era un rey maya que formaba parte de una red de realeza maya en la esfera de influencia de Tikal y Teotihuacán”, dice Estrada-Belli. La antigua ciudad mesoamericana de Teotihuacán, ubicada en el actual México, y la ciudad maya de Tikal, también ubicada en Petén, eran más grandes y más influyentes que Chochkitam.
Aunque los hallazgos han sido de gran importancia para la investigación, estos develan que todavía hay mucho más que aprender sobre el sitio arqueológico de Chochkitam y sus conexión en el periodo clásico temprano de los mayas.
Con información de National Geographic.