El martes pasado, el Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social informó sobre la identificación de un brote de fiebre tifoidea en el aula de un centro educativo de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala. Según el reporte de dicha cartera, 16 alumnas más una maestra presentan síntomas y además, algunos de los familiares de estas también los manifiestan.
El MSAP indicó que se tomaron muestras de agua y alimentos de las ventas al interior del centro para su análisis, ya que esta enfermedad no se transmite de personas a persona, sino través de agua y alimentos.
La identificación temprana de la enfermedad es importante para su tratamiento. A continuación te compartimos algunos datos sobre la enfermedad, sus síntomas y cómo prevenirla.
¿Qué es la fiebre tifoidea?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella Typhi, que suele transmitirse a través del agua y los alimentos contaminados.
La OMS advierte que crecientes resistencias a los antibióticos están facilitando la propagación de esta enfermedad en los grupos, sobre todo en aquellos sectores de la población sin acceso a agua potable o a sistemas adecuados de saneamiento.
¿Cuáles son los síntomas de la fiebre tifoidea?
Los síntomas de la enfermedad son: fiebre alta prolongada, cansancio, cefaleas, náuseas, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea, y algunos pacientes presentan erupciones cutáneas.
La fiebre tifoidea puede confirmarse mediante análisis de sangre.
Según las estimaciones realizadas en 2019 por la OMS, cada año enferman de fiebre tifoidea 9 millones de personas, de las que fallecen 110 000.
Prevención de la fiebre tifoidea
Las medidas más eficaces para prevenir la enfermedad son el acceso a agua salubre y a un saneamiento adecuado, la higiene de los manipuladores de alimentos y la vacunación antitifoidea.
La vacuna antitifoidea se administra en una sola dosis y aplica para niños a partir de los seis meses de edad y adultos hasta los 45 o los 65 años.
Con información de la OMS.
