El 11 de diciembre de 1972, los astronautas de la NASA, Eugene Cernan y Harrison Schmitt, aterrizaron en la Luna, en la expedición recogieron polvo y rocas de la superficie lunar, muestras que posteriormente trajeron a la Tierra abordo del Apollo 17 y que de utilizaron para realizar diversos estudios y conocer más sobre el satélite de nuestro platea. Entre las investigaciones se buscó conocer la edad de la Luna, que para entonces se estimó que tenía tenía 4.425 millones de años.
Un nuevo estudio realizado publicado el recién pasado lunes en la revista Geochemical Perspectives Letters y dirigido por Philipp Heck, reveló que la Luna es un tanto mayor y data de 4.460 millones de años.
La Luna se formó por una colisión celeste masiva, según los investigadores, un objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra, arrojando un gran trozo rocoso que se convirtió en la Luna.
“Estos cristales (los traídos por el Apollo 17) son los sólidos más antiguos hasta ahora conocidos que se formaron tras el impacto gigante. Y como sabemos la antigüedad de estos cristales, sirven de anclaje para la cronología lunar”, afirmó en un comunicado Philipp Heck, autor principal del estudio.
Para determinar el dato de edad de la Luna, los investigadores utilizaron isótopos de plomo dentro de la muestra de polvo lunar para así determinar que los cristales tenían 4.460 millones de años, lo cual sirve de base para indicar que la Luna también debe tener al menos esa edad.
“Cuando se conoce la edad de algo, se puede comprender mejor lo que le ha sucedido en su historia”, dijo Jennika Greer, también autora de la investigación.
Las muestras lunares traídas durante las misiones Apollo datan de más de 50 años, no obstante, tomó tiempo desarrollar la tecnología necesaria que permitiera llegar los descubrimientos actuales.