navidad en belen
Un Nacimiento en Belén, Cisjordania, montado entre escombros, en memoria de las muertes en Gaza/EFE

Belén, actual territorio en el centro de Cisjordania, era hasta este año un destino muy visitado durante las fiestas decembrinas: decoraciones navideñas, desfiles y celebraciones religiosas tenían lugar año con año en los barrios de la famosa ciudad. Este año, parecía desértica

En noviembre pasado, dirigentes locales tomaron la decisión de reducir las festividades en solidaridad con la población de Palestina, mientras se libraban intensos combates entre Israel y Hamas en la devastada Gaza.

Este 2023, en el centro de la ciudad, el tradicional y enorme árbol de Navidad no iluminó la plaza del Pesebre.

Más de dos meses han transcurrido desde el inicio del conflicto, cuando el pasado 07 de octubre el ataque terrorista de Hamas contra el sur de Israel, desatara la guerra. En el día cero murieron al menos 1.200 israelíes y más de 240 fueron tomados como rehenes.

Con la respuesta de los ataque de Israel, más de 20.000 palestinos han muerto según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Gran porcentaje son niños y mujeres.

En Belén, ciudad venerada por los cristianos como el lugar de nacimiento de Jesucristo, muchos tienen lazos con Gaza a través de seres queridos y amigos. El espíritu de alegría de la temporada se ha perdido y ha sido reemplazado por la angustia y la impotencia.

Belén se ubica a unos ocho kilómetros al sur de Jerusalén (importante ciudad israelita). El tránsito hacia la ciudad se encuentra controlado barrera construida por Israel en la Ribera Occidental, ahora, con el conflicto, la situación ha empeorado y la circulación se ve mucho más restringida.

La iglesia de la Natividad, que contiene gruta, considerada desde el siglo II el lugar exacto del nacimiento de Jesús, y declarada en 2012 como el primer sitio del Patrimonio Mundial en los territorios palestinos, este año ha estado prácticamente vacía, cuando en años anteriores filas de peregrinos esperaban pacientemente para entrar en ella.

“Nunca la había visto así. La Navidad es alegría, amor y paz. No tenemos paz. No tenemos alegría”, dijo el padre Spiridon Sammour, sacerdote ortodoxo griego de la Iglesia de la Natividad a CNN. 

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