El polémico muro de 10 kilómetros que hacía de separación entre un vecindario acaudalado y una zona marginal en Lima, ha comenzado a ser derribado, esto tras la sentencia del Tribunal Constitucional que en 2022 lo declaró ilegal.
El muro se contribuyó como una “barrera de protección”, en 1980, por por parte de vecinos del residencial La Molina quienes temían atentados e invasión de terrenos por parte del grupo Sendero Luminoso. Con los años el muro se fue extendiendo, marcando una línea divisoria con distrito colindante, Villa María del Triunfo, cuyos habitantes tienen un estilo vida más humilde.
El muro se ubica en lo alto de una loma que marca el límite entre el acomodado distrito de La Molina y el popular Villa del Triunfo, en pleno parque ecológico.
”En realidad, aunque (el muro) ya no esté construido, creo que siempre va a haber como una muralla, quizás por las clases sociales. El muro, estorbaba el pase, pero ahora que está libre se sigue viendo como su hubiera un muro igual, por la diferencia social”, comentó Luz Bautista, una vecina de la zona a la agencia EFE.
Y es que el muro no únicamente delimitabas una zona física, si no que también marca las diferencias de acceso a servicios básicos en ambos sectores. Por ejemplo conexión a agua, en La Molina “la cobertura de agua es muy alta, llega al 100 %” y todas “las viviendas tienen servicios de conexión domiciliaria, desagües”, al otro lado, la realidad es otra.
