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Pedro Agustín/Instagram/Vía GuateImpresionante

Cada 15 de enero, Esquipulas, en el oriente del país, se convierte en el centro de reunión para miles de peregrinos de Guatemala, Centroamérica, México, e incluso, Sur América, que asisten a la “Capital de la fe centroamericana” para venerar al Cristo Negro de Esquipulas, figura que a lo largo de la historia se ha convertido en un referente de la fe y milagros.

Origen

El origen de la escultura del Cristo Negro data de 1594, tras el deseo de los habitantes de Santiago de Esquipulas de venerar a un patrono en marco de la evangelización en este territorio. Así, La imagen del Cristo se encargó al escultor portugués Quirio Cataño.

El color negro 

Originalmente, la imagen del Cristo poseía la conocida tez blanca de las figuras, sin embargo, adquirió su color oscuro por una oxidación producida por el humo de las velas y el incienso al que estaba expuesto. La imagen fue entregada y las autoridades eclesiásticas, eligieron el 9 de marzo de 1595 como fecha del comienzo de su devoción.

La primera iglesia que albergó la imagen del Cristo Negro fue la de Santiago, construida a finales del siglo XVII.

Para 1740, por orden de Pedro Pardo de Figueroa, se inicia la construcción de un nuevo templo, dedicado completamente para la veneración del Cristo Negro, esta fue entregada en 1759, la imagen fue trasladada y se convirtió hasta la fecha en hogar de fe para devotos de todas partes de Latinoamérica.

Actualmente, y tras más de cuatro siglos, la imagen del Cristo Negro de Esquipulas, es merecedora de historias inquebrantables de fe entre los guatemaltecos y personas de distintas partes del mundo, como un claro ejemplo del amor de Dios manifestado a través de sus milagros, los cuales se fueron multiplicando con el paso de los años y asimismo la devoción.