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De acuerdo con Copernicus, el proyecto coordinado y gestionado por la Comisión Europea para la observación de la Tierra, 2023 será el año más caluroso registrado, puesto que la temperatura promedio de la superficie terrestre registró un nuevo récord al alcanzar 15.3°C en octubre pasado.

El hecho se establece después que los meses de julio, agosto y septiembre, se registraran como el verano con el calor más extremo nunca antes registrado. 

Según la subdirectora del servicio climático Copernicus, Samantha Burgess, 2023 superará “virtualmente” a 2016 como el año más caluroso:

“Los primeros diez meses del año 2023 han marcado en su conjunto un aumento de 1.43°C con respecto a la era preindustrial. El sentido de urgencia para una acción climática más ambiciosa, con todo lo ocurrido este año, no puede ser mayor en vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28)”, dijo.

Copernicus descarta que el calor extremo registrado este año sea consecuencia del fenómeno de El Niño, más bien es consecuencia del uso desmedido de combustibles fósiles. De esta forma el programa urge la necesidad de reducir la emoción de gases de efecto invernadero.

“El clima extremo que ha afectado a muchos millones de personas en julio es, por desgracia, la cruda realidad del cambio climático y un anticipo del futuro”, ha dicho Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial.

El secretario general de la ONU asegura que “esto es solo el principio. La era del calentamiento global ha terminado, ahora es la era de la ebullición global”, por lo que ambas instituciones (Copernicus y ONU), instan a que “la acción climática no es un lujo, sino una obligación”.