De acuerdo con las autoridades gazatíes, las muertes en la Franja de Gaza ya superan las 20.000 personas, incluidos más de 8.000 niños, tras 75 días desde que inició la ofensiva. Lamentablemente, la mayor parte de los muertos son civiles inocentes que nada tienen que ver con el grupo islamista Hamás.
Además, se estima que unos 6.700 cuerpos permanecen atrapados bajo los escombros (el 70% son civiles), lo que aumentaría la cifra de muertos. A los efectos de la guerra se suman más de 52.600 personas que están heridas.
Según el recuento del Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, las cifras de muertes las conforman 8.000 niños, 6.200 mujeres, 310 personal médico y 97 periodistas.
La semana pasada, la ONU reconoció que la Franja es ahora un lugar inhabitable, especialmente desde que más de 1,9 millones de personas fueron desplazadas hacia el sur del enclave, obligándolos a dejar sus hogares, y sobrevivir en condiciones humanitarias con deficiencias extremas.
En cuando a infraestructura, las autoridades de Gaza contabilizan que han sido destruidas 126 sedes gubernamentales, 90 escuelas y universidades han quedado completamente fuera de servicio, 283 centros de enseñanza parcialmente dañados; mientras que más de 300 mezquitas han sido total o parcialmente demolidas, así como 3 iglesias y las bombas han destruido completamente 53.000 unidades residenciales y 255.000 parcialmente.