En la noche del recién pasado viernes 5 de marzo, el Gobierno de Ecuador irrumpió en la Embajada de México en Quito y detuvo a Jorge Glas, exvicepresidente ecuatoriano (2007-2017), después de que el Gobierno mexicano le hubiese concedido el asilo político que había solicitado, lo que llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador a anunciar la suspensión de las relaciones diplomáticas con el país suramericano.
Jorge Glas salió en libertad a finales de 2022 tras cumplir cinco años de cárcel por dos condenas por cohecho y asociación ilícita. Residía en la embajada mexicana desde diciembre.
“Como delincuentes allanaron la Embajada de México en Ecuador. Esto no es posible. No puede ser. Es una locura”, dijo jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada, Roberto Canseco.
Minutos después de la irrupción a la embajada mexicana, a través de un comunicado en redes sociales, el Gobierno ecuatoriano confirmaba la detención de Glas.
Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se pronunció en redes sociales para denunciar “una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”.
“He instruido a nuestra canciller (Alicia Bárcena) que emita un comunicado sobre este hecho autoritario, proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el Gobierno de Ecuador”, anunció López Obrador.
La Organización de Estados Americanos ha rechazado la irrupción de la Policía de Ecuador en la Embajada de México en Quito. Asimismo, los presidentes de Cuba y Bolivia, Miguel Díaz-Canel y Luis Arce, condenaron la acción.
Este sábado sábado, tres gobiernos de izquierda en América Latina –Brasil, Colombia y Venezuela– criticaron el arresto de Glas, que había buscado refugio en la embajada desde diciembre.
Con información de EFE y Reuters.