papa francisco mongolia
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El Papa Francisco ha emprendido su ruta de visitas oficiales por Asia, región que se caracteriza por el poco indicie de tradición católica.

Entre la ruta por Asia, el Papa visitó China, un lugar hostil para Iglesia católica desde el año 1952 y hasta 2018, momento en el que se firmó un nuevo acuerdo entre la Santa Sede y China por el que se limaban las asperezas y se reinstauraba tras más de medio siglo una relación amistosa,

Sin embargo, el pontífice también visitó Mongolia, un hecho histórico al convertirse en la primera visita oficial de un Papa. Si en China el cristianismo apenas lo practica un 5% de la población, aproximadamente, en Mongolia, ese dato es aún menor, con poco más del 3% de cristianos: 1.500 católicos entre 3,3 millones de habitantes.

En su visita a Mongolia, el Papa alabó la libertad religiosa instaurada en el país, considerado como una democracia tras dejar atrás el comunismo en 1992.

Ya en el país, el Papa se dirigió a la pequeña comunidad católica que reside en Mongolia, y se reunió con el presidente mongol, Ukhnaagiin Khurelsukh, en uno de los lugares más simbólicos del país, la yurta, ubicada dentro del palacio de Estado, donde tuvo palabras de reconocimiento tanto para el país como para su población.