marte planeta rojo

Marte, conocido como el Planeta Rojo por una buena razón, debe su color rojizo a los altos niveles de hierro oxidado, el mismo material desgastado que se observa en metales viejos y corroídos.

Pero una nueva imagen en mosaico de Marte muestra a nuestro vecino planetario como mucho más que una esfera oxidada. Con venas de colores contrastantes que lo atraviesan, podemos empezar a vislumbrar cómo probablemente era este mundo en el pasado: más parecido a la Tierra, con océanos y ríos que fluían por su superficie.

La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) produjo esta nueva foto utilizando la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC, por sus siglas en inglés) en la sonda Mars Express, una nave espacial que ha estado orbitando el planeta durante dos décadas. La agencia lanzó la imagen para celebrar sus 20 años de investigación científica. Recolectando 90 imágenes a altitudes de 2,500 a 6,400 millas sobre Marte, se capturaron extensas áreas del terreno. El equipo luego unió las imágenes para crear una vista global.

La cambiante atmósfera de Marte, a veces bastante opaca, ha dificultado ver los colores de la superficie del planeta desde el espacio en el pasado.

“El polvo dispersa y refleja la luz, lo que hace que los colores varíen entre las imágenes”, dijo la agencia espacial en una publicación reciente. Y cuando se unen las piezas que no coinciden, según la ESA, el resultado suele ser una apariencia irregular.

Para superar el problema de la variación de color, los ingenieros han referenciado el color de cada imagen individual, lo que les permitió mantener cada color intacto y revelar una vista más compleja y precisa de Marte de lo que ha sido posible anteriormente. Además del rojo, el planeta muestra áreas de azul, gris y negro.

Las extensas áreas de tono azul obtienen su color de arenas grises y negras procedentes de la actividad volcánica. El viento transporta la arena para formar dunas oscuras e imponentes que han sido marcadas con cráteres. El material erosionado por el agua tiende a lucir más claro, según los científicos. La arcilla y los sulfatos, los dos minerales más comunes desgastados por el agua, indican dónde fluyó agua líquida.

El mosaico también captura un detalle inmenso en Valles Marineris, el cañón más grande del sistema solar. Esta colosal cicatriz se extiende más de 2,500 millas, diez veces más larga que el Gran Cañón. En esta región, una delgada capa de arena oscura cubre minerales salinos. Pero este vistazo cercano permite a los científicos apreciar las variaciones de color, con el material más brillante asomándose.

Durante años, los investigadores han encontrado pequeñas señales de que Marte solía estar bañado por arroyos y lagos. El agua marciana talló lechos de ríos sinuosos y profundos barrancos en un terreno ahora hueco y polvoriento. En el primer año de la expedición del rover Curiosity de la NASA, envió imágenes de un lecho de arroyo, erosionado y seco, con abundantes guijarros redondeados, similares a los formados en la Tierra por el agua en movimiento.

La búsqueda obsesiva de agua pasada en Marte, un desierto congelado, es una misión para probar que el Planeta Rojo alguna vez fue húmedo, cálido y más parecido a la Tierra. Lagos y océanos podrían haber sido un ingrediente clave para sostener la vida marciana primitiva, en algún momento, pero esto no significa necesariamente que el entorno fuera habitable.

Al explorar antiguos sitios acuáticos, la NASA espera encontrar evidencia de vida microbiana antigua. A principios de este año, la agencia espacial estadounidense encontró su evidencia más clara hasta ahora de agua antigua: rocas talladas con ondulaciones, las huellas dactilares reveladoras de las olas del agua.

Mars Express ha estado observando el Planeta Rojo desde 2003. Durante ese tiempo, ha estudiado la superficie marciana, los minerales y su atmósfera siempre cambiante. Ha orbitado Marte 24,510 veces y ha tomado casi 7,000 imágenes.

A través de su lente, la cámara de la nave espacial ha capturado crestas azotadas por el viento, sumideros, cráteres, fallas, canales fluviales y piscinas de lava antiguas.

En un video compartido en Twitter por el Centro Aeroespacial Alemán, que proporcionó la cámara, la científica planetaria Daniela Tirsch dijo que el equipo espera continuar trabajando con el instrumento durante los próximos tres a cinco años.

“Me he enamorado de nuestras hermosas imágenes una y otra vez cada día”, dijo ella.